Translate

sábado, 1 de noviembre de 2014

9 DORADAS AL ATARDECER


Esta historia relata una de las mejores jornadas de pesca del año para mí, y no por el número de capturas, ni por el tamaño de éstas, fue especial porque estuve con buenos pescadores y aunque durante casi toda la jornada los peces no quisieron dar la cara, al final aguanté hasta la hora que quisieron comer y la aproveché al máximo.

Todo empezó dos días después de mi última pesca "SURFCASTING, DÍA DE GRANDES CAPTURAS". Volví a la misma playa, un poco más tarde que de costumbre ya que estaba de vacaciones con mi novia y no quise madrugar, pero al llegar ví que la playa estaba llena de cañas y pescadores. Tardé un rato en encontrar un hueco cómodo para no molestar a nadie y monté el equipo. Me alegré de que hubiése tantos pescadores porque es señal de que ha habido actividad de peces. Al momento recibo una llamada de un amigo que me había visto llegar ya que estaba pescando por allí cerca desde el día anterior y  me confirmaba que habían salido muchas doradas. Animado por la grata información preparé aparejos, anzuelos y demás para luego ahorrar tiempo, con esa ilusión con la que todos empezamos cada jornada de darlo todo si el banco estaba activo,  pero las horas pasaban y mis cebos salían intactos. Hice amistad con el pescador más cercano y no entendíamos la inactividad reinante en nuestra zona y que sin embargo a 500 metros hubieran pescado tantas en el amanecer. Por si fuera poco con la bajamar entraron algas, momento que aproveché para sacar las cañas e ir a saludar a mis colegas. Había varios grupos de pescadores que conocía y casi todos habían pescado alguna dorada. Estuvimos hablando más de dos hora, un ratito que echamos bastante bueno riéndonos, cuando llegué a mis cañas y las lancé ya las algas habían desaparecido prácticamente. Pasaban las horas y los gusanos seguían saliendo intactos. A Iván, el compañero de al lado, le dieron una picada pero no se clavó. No es mala señal, pensamos, pero que va, seguíamos aburridos charlando igual que antes. Yo tenía claro que el mejor momento sería al atardecer pero permanecer hasta ese momento suponía salir de la playa demasiado tarde. Iván también pansaba lo mismo y juntos hicimos piña para convencer a nuestras respectivas novias de aguantar hasta el oscurecer, tarea aún más dificil aveces que pescar un buen pez . Pero poco después la mar nos dio la razón, y lo que estaba siendo una jornada de mucho hablar y poco movimiento se transformó en  una sucesión de picadas que nos enmudeció por completo.

 

 






Nuestras novias decían lo que todos los que compartís la pesca con vuestra pareja estaréis hartos de escuchar, "Si no habeis pescado nada en todo el día que se creéis que ahora vais a coger algo... " Pues claro que nos lo creemos lo que pasa que aveces acertamos y muchísimas otras no.



No tenía tiempo a nada, cuando no estaba empatillando un anzuelo, guardaba una dorada en la nevera, tenía que abandonar los peces en la arena para acudir a otra caña, y así una y otra vez...


Nuestras novias se reían, ellas que poco antes nos llamaban "locos" y "agonías", que no digo que no tengan razón, porque lo somos, pero esta vez los agonías enloquecimos de sacar doradas.

Y es que ya lo decía un refrán que creo que recordarlo me ha ayudado a pescar algo más, un buen  pescador no es quien más pesca, sino quien permanece y vuelve a la playa sin miedo a la derrota.

La dorada de este vídeo traía el anzuelo muy bien para poder soltarla, ya había intentado salvar a una sin suerte, Esta sí que pudo regresar a su hábitat para ponerse grande.

Iván también estaba entretenido,  sabíamos que habíamos acertado quedándonos y solo teníamos tiempo para mirarnos y reirnos de felicidad al no dar casi abasto a picadas tan seguidas.


La luz del sol desapareció pero las doradas seguían activas, esta captura fue de buen tamaño pero decidimos irnos según lo pactado, ya bastante habían aguantado nuestras novias, portándose como unas campeonas hasta el final y nos dispusimos a recoger.




Gran jornada de pesca, ahora toca tirar del carro pero cuando uno lleva la nevera cargada de doradas parece que el carro pesa menos. ¡¡¡Hasta la próxima compañeros!!!




No hay comentarios:

Publicar un comentario